miércoles, 21 de octubre de 2015

Como cambiar de década equilibradamente?

No recuerdo a quien  oí decirlo, pero todavía  quedo grabado en mi memoria el consejo que daba aquel hombre respecto a no comenzar una relación con una mujer que estuviera finalizando una década (léase 29 años…39 años… 49 años); ya que las mujeres nos ponemos algo… insoportables, obsesivas y desequilibradas.
Consejo un tanto machista que cualquiera de nosotras hubiera negado por la simple razón que nos creemos amorosas. Pero algo de razón tenía…
Los cambios de décadas representan crisis y sacudidas. La buena noticia es que no solo nos pasa a las mujeres, sino que también a los hombres, aunque de forma diferente.
Las mujeres necesitamos ser escuchadas, comprendidas, mimadas… y los hombres buscan que los admiren y aprecien.
Las crisis nos demuestran que algo cambió y lo peor: aun no sabemos cómo sigue! Una incertidumbre que ni yendo a una vidente la resolveríamos…
Creemos  que todo va a seguir más o menos de forma similar. Pensamos que no envejeceremos, que nuestro cuerpo no cambiará, que nuestras relaciones se mantendrán iguales… y resulta que todo va evolucionando y muchas veces (la mayoría) de una manera que no esperábamos.
 Quien espera pasar de usar bikini a malla entera? O encontrarse  con las primeras arrugas y hasta divorciarse?
Ahí es el momento en que evidentemente y sin darnos cuenta (o si… pero no nos importa) reaccionamos como personas desequilibradas.
Necesitamos urgente:
ü  un gimnasio,
ü  dejar de comer harinas,
ü   salir todos los fines de semana,
ü  conseguir un novio a cualquier precio,
ü  casarse y tener hijos,
ü  terminar una carrera,
ü  plantar un árbol (o dos, por las dudas que el primero no prenda),
ü  escribir un libro (y si es un bestseller mejor!!!)
ü  aparentar que tenemos la onda de los veinticinco (cuando en realidad nos molesta la energía de los que tienen veinticinco).
 Uff!!! Agotadorrrrr !!!

Supongo que si tomamos estos momentos como oportunidades, el cambio de década no debería darnos dolores de cabeza.
Sería genial  darnos el lugar a oportunidades y proyectos nuevos. Relajarnos, conocernos más. Hacer lo que realmente nos hace felices.
Si tomamos todo este lío como un desafío, seguramente encontraremos algo interesante.
La macana es que el entusiasmo nos va a durar lo mismo que un novio en la secundaria y en diez años más, vamos a hacer el mismo show de emociones.  Pero seguramente con un poquito más de madurez. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario