-“Es un día hermoso para hacer cositas en la casa”. (Cortar el cesped, limpiar la pileta, barrer la vereda, pintar las macetas… son sólo unas “poquitas cositas”)
-“Me compre unos zapatitos hermosos!” (Como si un zapatito fuera más barato que un zapato)
-“Fue un sustito nomás, apenas un rasponcito”(Estacionamos tan mal que le dimos a un poste de la luz y le hicimos un hueco del tamaño de cráter en la puerta).
-“Me prestas un poquito de dinero para comprarme un saquito que vi hace unos días?” (Es el saco más caro de la historia que cuesta un ojo de la cara, pero sólo necesitamos “un poquito” de dinero)
-“Necesito que vengas una horitas más para terminar un trabajito que quedó pendiente” (Y resulta que tu jefa te está aumentando las horas de trabajo de una manera muy sutil).
-“Engordé un kilito nada más!” (Como si un kilo pesara menos que un kilito!)
-“Hice una salsita de carnecita deliciosa” (Como para que sientan que le pusiste mucho amor a la comida que preparaste)
-“Ponete un saquito para salir que hace frío” (Esta frase es inimputable. Toda mamá lo ha dicho y lo hice, para convencer a sus hijos de abrigarse y evitar se enfermen)
-“Paso un ratito a tomar dos matecitos” (Y sabemos que nos vamos a instalar toda la tarde)
Será que es una manera de minimizar todo lo que hacemos durante el día para sentir que no es tan pesado o tedioso. En ocasiones para auto engañarnos, otras para pedir favores (“un favorcito”); o para suavizar situaciones incomodas.
Los diminutivos jamás varían el significado de las palabras de las cuales derivan, solamente le agregan valores afectivos o le achican el tamaño al objeto al cual se hace referencia.
Lo cierto es que nuestro idioma es de estructura complicada, tiene palabras que suenan rudas y usar diminutivos puede hacer que suene mejor. Pero a no excederse porque resulta muy “molestito”. Todos los “extremitos” son “malitos “.
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