miércoles, 20 de enero de 2016

Necesito una peluca ya!!

“Una mujer que se corta el pelo, está por cambiar su vida”, esta frase de Coco Chanel, que para muchas es muy acertada e inspiradora, para otras es la frase que arruinará, no sé si la carrera de varias, sino también el día a varios peluqueros.

Hay que partir de la premisa que para nosotras, las mujeres, el cabello no es solo un accesorio más, sino “EL” accesorio más importante.

Las más clásicas o tímidas adoptan un corte como insignia con el que se sienten cómodaspara toda la vida; y las más osadas, cambian de look como de bombacha.

Existe también la posibilidad de que pensemos que una mala relación o una mala racha, se dejan atrás con un buen corte de pelo.

Rubias, morochas y pelirrojas, con cabellos lacios y ondulados, largos o cortos. Nadie escapa a la crisis “pelística” (porque así he decidido llamarla).

No sé por qué cada vez que se nos ocurre la feliz idea de cortarnos el pelo, cambiar y vernos diferentes, cuando salimos de la peluquería sólo nos invaden pensamientos negativos (muy negativos!).





-¡No! Me hace la cabeza más chiquita!!!!
-No lo vuelvo a hacer, ya lo tenía largo.

-Le dije que solo despunte y parezco SineadO´Connor pero fea.

-Pedí un estilo bob y parezco Dora la Exploradora.

-Esta naranja!!! Esto no es rubio claro ceniza, es naranja!

-Después de bañarme, va a quedar bien.

-Si hubiera ido a donde cobran más esto no hubiera pasado (Y sabes que igual hubiera pasado)

-Por suerte se usan los sombreros…. Zafo por unos días.

Estas situaciones suceden porque vemos a una super top model con una cara espléndida cuyo peinado es perfecto! (Y si… tiene 50 estilistas, 5 maquilladoras, la luz perfecta y un fotógrafo de lujo).

Vamos con la fotito en el celular para que nos hagan lo mismo. No algo similar adaptado a nuestro rostro. El mismo corte y color!!! Se entendió? El mismo!!!

Y si bien existe la remota posibilidad de que salgamos más o menos conformes llega el día después: nos bañamos y cuando nos queremos secar el pelo nos damos cuenta de que estamos solas. La única compañía es un secador con una sola velocidad y un peine que venía de regalo con el shampoo. Y si… sabíamos que iba a pasar. Optamos por hacernos una colita y salir a enfrentar el mundo. Actitud!! Vamos chicas!!! No pasa nada! El pelo crece!!!

Pero saben qué es lo más gracioso!? Que después de dos años del corte drástico y tiempo en el que el pelo logra el largo deseado… lo volvemos a cortar. Una locura!

A todo esto: alguien pensó en los peluqueros y peluqueras???? Pobre de ellos!!! Lidiar con cuanta loca ande suelta. Definitivamente: ser estilista es una profesión de alto riesgo.

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