miércoles, 15 de junio de 2016

Nuestros amados vienen con una mujer incluida: La Suegra

El tema de las suegras siempre ha sido bastante complicadito. Quien no ha tenido o tiene alguna que nos saque de quicio. También existen como una rareza de la humanidad, esas nueras afortunadas que tienen una suegrita más buena que Lassie (el famoso perro) atado y con bozal.
La mayoría son entrometidas, quieren solucionar los problemas, pero terminan convirtiéndose en uno ellos. Imagínense que una suegra muy amorosa les diga que dejen de alquilar porque ellas les da su casa. Hasta ahí algo muy muy bueno. Lo que nadie se iba a imaginar es que la vivienda venia con ella incluida.
También hay de esas brujas, que quieren invitar a toda costa a tu casamiento a la ex de tu novio, como un último recurso para que se arrepienta del compromiso.
Las que se consideran parte de una raza perfecta y  te sermonean o critican absolutamente todo. Desde cómo ser una buena esposa, hasta la manera de criar a tus hijos.
Hay algunas más liberadas que otras. Esas que cuando querés hace r salida en pareja un sábado por la noche, no podes contarlas porque tienen  más vida social que una.
Y las inoportunas? Que siempre necesitan de su hijo, en los momentos menos pensados. Si… en “ESOS” momentos...
Las que compiten por quién ser la mejor cocinera y se preocupan por hacer comidas cada vez más ricas. Lo que convierten a sus hijos en catadores gorditos muy satisfechos.
Esas que creen que sus hijos merecen algo mejor, que nunca van a estar a la altura de ellos. Seguramente no vieron la oferta del mercado. A no jugar con fuego, no vaya ser que se queden sin siquiera con eso tan básico con lo que están.
La suegra que siempre busca llamar la atención. Porque se siente mal, o porque con comentarios “inocentes” quiere hacer sentir culpable a todo el mundo.
Y por supuesto, nobleza obliga, están también están las respetuosas, o las que te quieren como a una hija. Un placer!!! Son personas que apoyan tus decisiones, amables y generosas.
Todas tienen un  poco de todas y algunas son más exageradas que otras.
Siempre y cuando no sea un problema para la pareja, a reírse y rogar no ser madre de varones para convertirnos en una de ellas.

A tener paciencia, y si no pueden con ellas,  múdense lo más lejos posible. 

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